Hoy salseando entre mis cosas,
me he encontrado con mi primer blog en euskera. Hace ya unos años de ello pero
me apetece rescatar un pasaje.
En mi primera entrada hablaba
de que, o bien por mi forma de ser o por la educación recibida, me costaba
mucho exteriorizar los sentimientos, a veces, hasta las cosas más sencillas, como
decir "te quiero"
a las personas que más quiero en el mundo.
Recibí un comentario de mi
hijo, felicitándome por el blog, pero a la vez, me decía que los vascos, en
general, no somos muy valientes a la hora de exteriorizar los sentimientos,
pero que tenemos otras muchas cosas buenas y no nos deberíamos sentir culpables
por ese pequeño déficit.
Que muchas veces no hace falta
decir las cosas, que una mirada o un abrazo lo pueden decir todo y que no hay
mayor declaración de amor, que estar juntos en los momentos importantes.
A los pocos días, él escribía
en su blog en euskera un texto que me pareció precioso y al que puso música,
que traducido es lo siguiente:
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