Que lejos quedan aquellos primeros Reyes Magos que yo recuerdo, los que me trajeron una muñeca pepona, que aun hoy conservo. Que lejos quedan, no tanto en el tiempo, como en la forma en la que se celebran actualmente.
Aquella muñeca que cuidé como si fuera un niño de verdad, que jugabamos con ella solo en ocasiones especiales, porqué si se rompia no iban a traerme otra al año siguiente.
Según cumpliamos años los regalos eran cada vez mas útiles y ya no tanto juguetes, lapices de colores "Alpino" con puntas tan afiladas que daba pena usarlos, pués ya nunca conseguías afilarlos igual, estuches con lapiz, boli, regla, etc., alguna cartera para el cole, todavía no se usaba mochila, la mandarina de caramelo y la serpiente de mazapán eran unos clásicos, pero siempre recibidos con ilusión.
Hoy en dia no digo que los niños no tengan ilusión, tienen y mucha, pero no valoran los regalos, tienen tantos y tan variados que al final del dia todavía queda alguno que no han abierto. Ahora los Reyes llegan a tu casa, a la de los abuelos por partida doble, a casa de los tios, en fin, muchas casas para pocos niños. (Nosotros eramos muchos niños y una casa)
Lo que si necesitan es una casa muy grande para que quepa todo, porque lo que yo vi ayer a mis sobrinos fué terrible, había moto, carro de limpieza, muñecas, payasos... hasta un paquete grande que dijeron que era para el que está a punto de nacer, no me lo podía creer.
Hemos llegado a un consumismo tal que me da pena y creo que me voy a dar de baja en esto de los Reyes tan "majos" pero tan desvirtuados, al menos hasta que llegen mis nietos, si es que llegan, y pobablemente haré lo mismo. Espero controlarme.
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